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Abuso Sexual Parte lll Superando La Crisis Depresiva
dedicado 6 publicaciones a este tema, confiando en Dios que más de una persona será restaurada, en base a los cinco pasos para superar un abuso. Como reacción natural, una vez que la persona ha superado “la negación” y “la depresión”, comienza a sentir enojo y puede expresar frases como esta: “Ojala se muera la persona que me desgracio la vida”. Fisher asegura que la ira provoca “diarrea verbal”. Es un momento donde las personas parecen tener los ojos desorbitados y dicen toda clase de pestes y majaderías sin importarles en lo absoluto su reputación. La ira es tal, que no les importa nada, y como medio de desahogo, incurren en cuantas maldiciones puedan. La ira, es un reflejo sano de todo ser humano que ha sufrido; es fuego que quema repentinamente al deprimido y lo sacude de su condición; es indicio de que ha comenzado la recuperación de la dignidad. Y por lo tanto, debe de tener muchísimo cuidado tanto con sus palabras como con sus acciones. Ya que puede decir o hacer cosas de las cuales se podría arrepentir. En la etapa de la ira, es normal enfadarse con los demás, consigo mismo y hasta con Dios por lo sucedido (no estoy diciendo que sea lo correcto, sino que es una reacción entendible). Sin embargo, el fuego de la ira debe consumirse hasta las cenizas del PERDON. Cuando no se consume por completo o se encauza mal, puede originar graves estragos. Pues se sabe de personas que han calumniado, golpeado e incluso asesinado durante esta etapa. Para superar la ira, es necesario sacar todo el coraje. Para esto hay varias recomendaciones, que aunque parezcan extrañas, son efectivas. Por ejemplo: Buscar un lugar apartado, donde el ofendido pueda gritarle a la persona que le daño, sin que esta esté presente. La ira no saldrá del ofendido “vengándose”, y es por eso que la otra persona puede o no estar presente. Escribirle una carta al agresor también es muy efectivo, una carta que es preferible que nunca se entregue. Una carta donde quien ha sufrido, se desahoga diciéndole cuantas cosas hay en su corazón al agresor, una carta donde se le dice a la persona, cuanto daño le ha causado su agresión; una carta donde se saca todo el veneno que le ha sido inyectado. En este proceso, es importante hablar a solas con uno mismo sobre lo sucedido. También es recomendable hablar con alguien; pero debe ser una persona de suma confianza; ya que muchas personas y aun líderes religiosos, han sacado o tratado de sacar ventaja, de personas que han venido a ellos buscando ayuda. Por ello lo ideal es que se busque a alguien del mismo sexo. La persona, deberá realizar un nuevo plan de ejercicio físico forzado y tener disciplina en este. Puede hacerlo en un gimnasio o en un parque, lo importante es que ejercite y relaje sus músculos. Se recomienda trabajar más y corregir enérgicamente los objetivos personales. Y ahora termino con las palabras siguientes: La palabra de Dios nos aconseja que “no se ponga el sol sobre nuestro enojo”. Esto ha sido interpretado de dos formas: Una, que no pase un día y tu sigas con el mismo coraje. Y dos, que cuando uno ve el sol directamente, tiende a deslumbrarse la vista y no puedes ver claramente. En otras palabras, si el sol se pone sobre tu enojo, no podrás “ver” lo que vas a hacer. Y por otra parte también nos dice la Biblia: “Airados, pero no pequéis”. Por eso reiteramos que es normal enojarse e incluso, hasta saludable; pero debemos de tener reglas de conducta, que nos impidan hacer en un momento de ira, cosas de las que nos podríamos arrepentir toda la vida. Que Dios les bendiga y seguimos en la próxima.
Melvin Chacón Instructor de Noviazgo y Sexualidad Por el Instituto de Lideres Integrales. Miembro de Iglesia del Nazareno en Panorama City. (818) 904-0398 melvin.chacon@musife.com |