Descubrí que la lectura sería mi compañera de por vida, cuando empecé a recibir fuertes dosis de motivación, a través de historias impactantes, desafiantes e inspiradoras. Aquí te comparto algunas de las primeras que llegaron a mi vida, allá por mis veintes… lo haré en mis propias palabras, utilizando la esencia de lo que recuerdo:
ser atacado por uno superior, quienes esperaban que amaneciera, para acabar con el enemigo. Todos fueron sorprendidos cuando el capitán pidió a todos que subieran a los barcos, pero no para escapar, sino para ir al encuentro del “gigante”. Inmediatamente después de llegar a la isla, le pidió a sus soldados que quemaran los barcos y luego pronuncio un corto, pero escapar cobardemente de esta batalla… Si queremos salir de este lugar con vida, debemos usar los barcos de nuestro enemigo… así que ahora ¡A vencer o a morir!” y vencieron. Esa historia me ha acompañado desde entonces. La recordé cuando tome la decisión de casarme… Queme en mi mente la posibilidad de ser feliz con alguien más, la opción del divorcio y al verme sin barcos para escapar… no he tenido otra opción, más que triunfar en mi matrimonio. Pero otras veces, no me he atrevido a quemar mis barcos y entonces he recordado la historia del halcón… “Un rey recibió como regalo de cumpleaños, un bello halcón. La alegría se esfumo, cuando le quiso ver volar y este no quería o no sabia hacerlo; así que ofreció una recompensa a quien hiciera volar al ave. Llegaron expertos, brujos, sabios y nadie podía cumplir el deseo del rey. Pasaron los días y una tarde, el halcón le sorprendió, volando sobre el palacio. Pregunto por la persona que hizo volar al halcón y le trajeron un indio mal vestido y sucio. “¿Cómo hiciste volar al halcón?” le pregunto. “Muy fácil mi señor, le corte con mi machete la rama donde estaba aferrado con sus garras…” Menciono todo esto, porque hay etapas que se cumplen en nuestras vidas con: trabajos, ciudades, viviendas, amigos, iglesias, escuelas… y una parte de nosotros, se aferra a lo conocido, a lo cómodo y cuando Dios nos pide que avancemos… solemos hacer muchas preguntas, contestamos con un rotundo no o decimos que si… pero no decimos cuando. Y prolongamos lo que debemos hacer lo más posible, o probamos hacerlo y, si no nos resulta, regresamos a nuestro lugar acostumbrado. De hecho, un conocido viajó recientemente a otro estado, para echar a andar el negocio de sus sueños. Pero, como no sabia si le iría bien o no. No renuncio a su trabajo, sino que pidió permiso por dos o tres meses, para que, si el negocio no le funcionaba, se regresaba a California. Y ¿Qué crees? Aquí esta de nuevo. ¿Qué le fallo? No quemar sus barcos, no renunciar a su trabajo y lanzarse a realizar su sueño si o si. Cuando mi amigo Jaime, me dijo hace unos diez años que iba a renunciar a su trabajo, para dedicarse 100% a El Inter… lo persuadí por casi dos horas, de que no lo hiciera. Le dije que no podía ser tan irresponsable, que tenia una familia que mantener y en su trabajo tenia esa seguridad. Gracias a Dios, no me hizo caso, sino obedeció al llamado del Señor y, quemo sus barcos. Cuando recibí la noticia de que El Inter, ya no se editaría más… por una parte, me dio tristeza, lo normal (ya estoy aprendiendo a no llevármelas de valiente) y por otra, tuve la certeza de que la familia Lazaro, ahora ha sido llamada, a algo mejor. Ni por la mente me paso, querer persuadir a Jaime Lazaro. Ojala todos tengamos esa determinación, que cuando Dios nos diga “hasta aquí, ahora vamos a hacer algo diferente”, no pongamos excusas, sino aceptemos Su voluntad, quememos nuestros barcos y nos lancemos con todo ha hacer Su voluntad. De hecho, si El quiere que avancemos, vamos a avanzar, ya sea que quememos nuestros barcos, o que nos corten la rama donde cómodamente estamos, pero de que de vez en cuando, vamos a ser llamados a volar más alto, eso es seguro. “Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame” Mateo 16:24 Jaime, te felicito por el valor de quemar tu barco… para alcanzar nuevas alturas. Te agradezco por haber puesto mis manos a escribir y, por decirme que esperas mucho más de mí… Te prometo, que no te decepcionare. Apreciado lector. Gracias por el tiempo que dedicaste, a leer las reflexiones. Por haberme dejado saber que han sido algo especial en tu vida, por felicitarme por ser bien directo, por alagar mi estilo y los temas, por llevar las reflexiones a las clases de escuela dominical o coleccionarlas. Quiero que sepas que NUNCA escribí una reflexión, sin pedirle al Señor que fuera El quien te hablara, por eso, todos los halagos y felicitaciones, los he llevado siempre al pie de la cruz. Pero me he quedado con tus palabras de bendición. No te digo adiós, porque seguramente, te seguiré compartiendo por otros medios, ya sea reflexiones, canciones o libros, por medio de mi pagina de Internet o visitándote en tu iglesia con una conferencia. Que nuestro Padre de amor… te continúe bendiciendo. GRACIAS. Escrito por: Melvin Chacón Instructor de Noviazgo y Sexualidad Por el Instituto de Lideres Integrales. Miembro de Iglesia del Nazareno en Panorama City. (818) 904-0398 melvin.chacon@musife.com |
Hay que quemar los barcos... (Dedicado a la última edición del periodico El Inter) |