Como vencer la tentación sexual
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¿Cómo vencer la tentación sexual?

Dialogo entre un mentor y su discípulo

Dedicado a los hermanos que me han escrito, buscando una respuesta definitiva, para vencer las
tentaciones de carácter sexual. Cada respuesta aquí, es una virtud digna de alcanzar y motivo de un
profundo estudio personal.

(Mentor) ¿Cómo crees tú que se vence la tentación sexual?
(Discípulo) ¡Dedicando nuestra vida a Dios!
(Mentor) Bueno, si y no. Estar ocupado en la obra de Dios nos puede mantener lejos de la tentación
por algún tiempo, pero de todas formas, esta vendrá. Sansón fue escogido para la obra de Dios
desde antes de nacer, y aunque gobernó como juez a Israel por 20 años; las mujeres le fueron
piedras de tropiezo. Especialmente Dalila, quien con su seducción provocó que Dios se apartara de
él y lo condujo indirectamente al suicidio. Jueces 13-16

(Discípulo) Entonces… ¡La lectura de la Biblia y la alabanza constante! ¡La unción!
(Mentor) Tampoco. David fue ungido de manera especial. No solamente conocía La Escritura, llegó
a ser uno de los personajes más famosos de ella y además escribió la mayoría de los Salmos. El
daba alabanza a Dios y danzo en su presencia. Sin embargo, también fue victima del pecado sexual.
2 Samuel 11-12:25

(Discípulo) Bueno, entonces la respuesta es la sabiduría. La computadora en un lugar prudente,
cancelar el servicio de cable, no abrir emails extraños, etc.
(Mentor) Casi, pero no es suficiente. La Biblia dice que a Salomón, Dios le dio un corazón sabio y
entendido, y a pesar de ello y de ser el escritor principal de Proverbios, sus mujeres inclinaron su
corazón tras dioses ajenos. 1 Reyes 11:1-13

(Discípulo) ¡Entonces esto ya es cosa de demonios!
(Mentor) Talvez en algunos casos. Pero cuando Jesús estuvo frente a la mujer que cometió
adulterio, no le echó fuera ningún demonio. El le ofreció su perdón y le dio UN MANDAMIENTO: “Ni
yo te condeno, ve y no peques más” Juan 8:1-11

(Discípulo) ¿Herencia talvez…?
(Mentor) En el Antiguo Testamento había maldiciones que alcanzaban hasta la cuarta generación
(Éxodo 20:5). Pero la profecía para el Nuevo Testamento es: “Ciertamente el alma que pecare, esa
morirá”. Ezequiel 18:1-20

(Discípulo) Entonces ¿Cómo vencer las tentaciones sexuales?
(Mentor) Todas las virtudes y dones que me has mencionado, ayudan, porque fortalecen el carácter
y alimentan tu relación con Dios; hacen crecer tu amor, fidelidad y agradecimiento hacia Él. Pero
cuando hayas puesto en práctica todo esto, habrá solo una cosa que te pondrá a salvo en el
momento crítico de la tentación. ¿Tienes piernas?

(Discípulo) Si.
(Mentor) Pues úsalas. Eso es todo. Cuando estés frente a una tentación ¡Corre! ¡Huye! No te
quedes a conversar con ella, no te creas tan fuerte, porque ya vimos que aún los más fuertes
cayeron, precisamente por quedarse en el lugar de la tentación. La tentación es territorio enemigo.

En La Biblia tenemos el ejemplo de un hombre de Dios, que cuando la mujer del rey le ofreció tener
sexo, él no se puso a cantar coritos o a reprender demonios. Su preparación previa, pero más sus
piernas y un poco de aire, fueron suficientes para correr y escapar de aquella tentación. Génesis 39

Él no confió en su humildad, llamado al ministerio, conocimiento de la Biblia o relación con Dios.
Aunque estas virtudes ayudan y para algunos son suficientes, cuando estás frente a la tentación, ya
no es tiempo de otra cosa, sino de correr. ¿Cuál seria la historia de David, si después de ver a la
hermosa mujer bañándose, se hubiera ido a la guerra? ¿Cómo habría terminado Sansón, si hubiese
abandonado a Dalila, después de romper los mimbres y descubrir sus intenciones? Tal vez como
José, que fue prosperado en todo. O mejor aún ¿Cómo podría ser tu vida, si huyeras de la
tentación? El decir: “No pasa nada”, “Yo conozco mis límites”, “Solo un poco más”, es una trampa
mortal, de la que muchos nunca se levantan.

Pablo le dijo a Timoteo “Huye de las pasiones juveniles” (2 Timoteo 2:22). El conocido refrán dice:
“Mejor que digan, aquí corrió, y no, aquí murió” José corrió y con ello nos dejó un ejemplo a quienes
queremos vivir en integridad, que sí se puede ganar la batalla; con una autentica comunión con
Dios, un par de piernas y un poco de aire…
¡Corre en el nombre de Jesús! Amén.


Escrito por:
Melvin Chacón
Instructor de Noviazgo y Sexualidad
Por el Instituto de Lideres Integrales.
Miembro de Iglesia del Nazareno en Panorama City.
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